viernes, 29 de marzo de 2013

En la fuerza laboral, lecciones


Recuerdo aveces como una imágen rápida (flash) a una compañera de trabajo en la P.R.Tel.Co.  Minerva Rebota, cambiando su apellido, trabajaba en su escritorio en el área de contabilidad.  Aspiraba a sustituir a la gerente, quien le había animado con la posibilidad de hablar con el Director del Departamento Comercial, para promoverla al puesto de Gerente,cuando ella se jubilara. Ella, muy contenta, y pensando que aprendía su nuevo trabajo, no dudó en hacer la mitad del trabajo de la jefa, en adición al suyo.  Minerva quedó embarazada, y todos lo celebramos. Cuando se fue al proceso de su parto, de los dos meses de permiso de licencia (y si deseaba añadir días de enfermedad, podía ser un poco más), nos sorprendió que en su primer parto, su primer hijita, regresó a trabajar a los 21 días.  
--Qué hace usted aquí? --Pregunto el señor L, Monclova, al verla. Usted todavía tiene tiempo para estar con su niña, y reestablecerse. 
--No, no es necesario. Hay mucho trabajo. Y estoy bien.  
(Qué se cree él??, nos comentó luego que se fué, si los bebés son masitas de carne) (Prioridades?)
Minerva era delgada, y las compañeras le acercaban servicios de comida, pero ella dejaba aveces los platos sin consumirlos, porque había mucho trabajo. Dando la impresión de una trabajadora incansable.
Quedó encinta de su segunda niña, y Minerva regresó de su licencia de maternidad a los 14 días. Y lo mismo sucedió con el encuentro con su Director del Departamento. Ella sentía un grado de satisfacción, al convencer a todos de lo workalcholic que era, y continuaba la jefa utilizando los servicios de su empleada para que le siguiera sacando de su trabajo, así tenía tiempo de socializar con las compañeras jefas.
Llegó el día esperado. La Gerente B. le avisó: 
-- Ahora voy a hablar con el Director para recomendarte para mi puesto, para que te dé preferencia a tí, porque te voy a promover como te prometí desde antes.
En el Departamento, ella no contuvo su alegría de comunicarlo a las compañeras, porque siempre, pensaba, podía haber alguien más interesado en la plaza.

--Si le doy la promoción, si le doy el ascenso al puesto a Gerente, LA MATO. No puede con su trabajo. No podría darle más, ascendiéndola a Gerente.
Fué la respuesta del Director a la solicitud. 
 Minerva tuvo que, para poder progresar, y ascender de su puesto, renunciar, perdiendo todos los derechos de antiguedad, que le daban ventaja para la escala de salarios, para hacer un re-ingreso a otro Departamento de la Compañía. 
Una enseñanza para todos de vivir la vida con pasión y bien balanceada en todos los aspectos.
Teniendo seguridad en uno mismo, porque aveces la inseguridad nos atrasa. Si mi ex-compañera se hubiera detenido unos minutos, un sólo día, y se hubiera encontrado con su ser interno, meditando, en silencio, su voz interna, le hubiera alertado, le hubiera hecho despertar.  Pero, en sus prioridades, no estaban ni sus hijas, ni ella misma, su salud, no era hija, ni madre entregada, puede que esposa, no sobrina, no hermana,vecina, feligrés, cuántas cosas que somos, cuando balanceamos nuestros intereses y desenvolvimiento en este paso de la vida misma, y de donde devengamos enseñanzas, aprendizajes y grandes satisfacciones.


 

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